Si te preguntas cómo bajar y subir el pH de una piscina es que has localizado el problema, por lo que el primer paso ya está dado. El control del pH del agua es una de las asignaturas pendientes de todos los que tienen una piscina en su hogar. En la mayoría de las veces, el pH no marca el nivel que debería pero tampoco son conscientes que esto está afectando al agua en la que se bañan. En uno de los artículos anteriores vimos cómo medir el pH en las piscinas, pero aquí aprenderás a regularlo, en el caso de que tengas que bajarlo o subirlo.

Efectos de la alteración del pH

El nivel de pH es muy inestable porque depende de diversos factores externos. La marca de pH debe estar entre 7,2 y 7,4 para que el agua esté a punto para un baño. Mientras más bajo esté este número, más ácida estará el agua; y mientras mayor sea, más alcalina. Esta alteración se detectará fácilmente porque sus efectos sobre el cuerpo de los bañistas son inmediatos. Tanto el número elevado como el número bajo irritan la piel y enrojecen los ojos. Además, producen picor en la garganta y en las vías respiratorias.

Cuando está el pH alto, hasta las paredes de la piscina se ven afectadas. Tal acidez del agua provoca que el yeso o cemento de la piscina se quiebre, dejando la superficie muy áspera. Asimismo, una piscina al sol con este valor incrementado es el paraíso de las algas. Las verás proliferar en muy poco tiempo si tu piscina se encuentra en esta situación. Sin embargo, en el caso contrario con el pH bajo, el agua se vuelve turbia. De hecho, llega a corroer los productos metálicos y desgasta las escaleras de metal bañadas por esta sustancia. Además, se puede observar la formación de manchas en las paredes por la liberación de sulfatos que provoca el metal.

Cómo bajar y subir el pH de una piscina

Lo más común es que necesites bajar el pH de una piscina y no subirlo, pero aquí contemplaremos ambas opciones. En el caso de que tengas que aumentar el pH, lo primero que debes conocer será el volumen de tu piscina. Esto es, los metros cúbicos de agua que contenga tu piscina. Una vez que lo conozcas, aplica la cantidad que corresponda de carbonato sódico sobre la superficie y deja que se disuelva. La relación de cantidades puedes localizarla en las instrucciones del producto, donde vendrá especificado. Por lo general, cada 38.000 litros de agua necesita 450 gramos de carbonato de sodio. Una vez que viertas esta sustancia, déjala actuar una hora y vuelve a analizar el pH. Si no está ajustado aún, tendrás que repetir el proceso pasados los 2 o 3 días.

Pero si lo que necesitas es disminuir el pH, el procedimiento cambia. Antes de nada, deja actuar el sistema de filtrado durante al menos 4 horas. Luego, aplica el minorador de pH. La cantidad debe ser de 2 centilitro por cada metro cúbico de agua. Reparte bien el producto alrededor de toda la piscina para que haga efecto. Finalmente, activa la bomba dosificadora para facilitar la difusión de estas partículas por todo el fondo.

Control automático de pH

Para despreocuparte del cuidado de tu piscina, existe una bomba perilástica reguladora de pH Epool que lo hace de forma automática. Controla sistemáticamente tanto los minoradores como los incrementadores de pH y dosifica otros productos que necesite. Su fácil instalación y mantenimiento la convierten en un referente en el mercado. Además, es muy asequible y visual, ideal para mantener en perfecto estado el agua de la piscina todo el año.